Saúl Yurkievich

Saúl Yurkievich nasceu em Plata, Argentina em 1931. Doutorou-se em Letras pela Universidade de La Plata com uma tese sobre Guillaume Apolinaire, posteriormente publicada num livro intitulado Modernidad de Apollinaire.

Foi professor universitário de literatura nos EUA e posteriormente em França. Poeta e ensaísta, dedicou-se ao estudo da obra de Júlio Cortazar, de quem foi amigo. Da sua obra poética destaca-se Fricciones (1969), Envers (1980), El Trasver (1988), Vaivén (1996), El sentimiento del sentido (2000) e El huésped perplejo (2001). Morreu em França, dia 28 de Julho de 2005, vítima de um acidente de viação.

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Poemas

entre millares de grillos que gritan al unísono
hay uno que te canta
entre las nubes de libélulas
batiendo sus élitros zumbantes
hay una que algo te susurra
entre el revuelto de las mariposas
hay una que tremola en tu busca
en sus alas se cifra tu signo
también están tu cuervo tu rata tu murciélago
te rondan
te están destinados
y no los distingues

poema lido aqui

Pesadilla

Planillas presentadas fuera de plazo
¿trajo fotografías?
no puedo darle curso
olvidó el estampillado
llene una solicitud corresponde multarlo
multarélo
¿multaráme?
múltolo
no me multe
lo multé

 

La tregua

Súbitamente los cuervos
en y saben.

Abandonando los despojos
dejan que la carroña se cubra de moscas.
Despliegan sus alas
y remontan
en tumultuosa multitud
los oscuros hacia la noche vuelan.

Ahora todo es blanco
blanco el cerezo en flor
blanca la horripilación.

Toca a los ángeles velar por los mortales.
Leves los enviados
bajan a tierra
y es la tregua.

 

Revolución

                          a Emilio Pernas

 

Las sillas se sentarán sobre nosotros
las perchas se nos colgarán
los pisos habrán de arrastrarnos
seremos empujados por la puertas
pateados por las pelotas
tirados por las barajas
arrugados por los papeles
mojados por los pañuelos
incendidos por los fósforos
disueltos por los azúcares
revueltos por las cucharas
bebidos por el agua
y no será más que justicia.

 

Contar por sobresaltos

No medir,
contar el tiempo.

¿Cómo contar tu tiempo?

Por lo que acontece
distintamente
por eras personales
según vivas
dicha o dolor

–lo que en ti se destaque

agudamente
o se confunda en el corrimiento–
lo que te corroe
o que te corrobora.

Contar por sobresaltos
o por sucesión
por prelaturas de celebrantes
de las sacerdotisas
en el santuario de Hera
cerca de Argos
o por genealogías
más y más vagas
a medida que remontan
en edad
o por hazañas de los héroes epónimos
por exterminación de las razas de hierro
por nacimientos señeros
o por las violaciones
que los dioses consuman con mortales
para generar distinta descendencia
tribus nacidas de mezcla.

Contar por capas de leño
por las pérdidas que marcan tus días
por rememoraciones
por ese mismo sueño
que a través de variantes
en tu muñón perdura.

Ladra lo crudo

ese perro ladra de noche
ese perro ladra sin parar

no aúlla ni rabia
no ladra por circunstancia
ladra por condición

¿es el ladrido su pesadumbre?
ladra su fundamento
sus húmeros ladran sus lagrimales su páncreas
ladra lo latente
la cifra de su substancia
lo carnal ladra en él
lo desolado
ladra lo crudo
ladra su atónito desamparo
la vaga vasta amenaza
ladra por todo lo hostil

de noche ladra contra lo oscuro
que lo traspasa
contra lo desalmado
ladra.

Por igual
como perro de noche
por parecido desamparo
ante mí
llora mi amigo Ken
trata de contener su congoja
y desespera
convulso el llanto estalla
impúdico
allende toda urbanidad
el llanto lo rebasa

el cúmulo negro lo abruma
se desmorona su morada
su lengua se deshila
todo se agarrota
el sin sentido lo cerca
lo vacante lo anonada
mi amigo Ken
ya no puede tenerse en pie
estremecedoramente
como perro que ladra de noche
por compulsión
estalla en llanto.

Hay que vivir -le digo.
La vida es un don.
No obstante.
A pesar del pesar.

Es duro, pasmoso, insoportable don.

 

lidos aqui e aqui

Mi pelo ralo, mi vello cano comunican
mi ceño mientras se pliega o alisa comunica
mi pelvis cuando marcho vaya que comunica
mis nerviosas meninges en clave comunican
mis granos, por supuesto, también mis codos
según su circunstancia comunican
mis uñas del blanco al negro
crecientes o menguantes comunican
mis ostentorias manos comunican
comunica la palma, la falange, incluso el guante
como mi aliento ya largo ya corto comunica
mis ojos cristalinos o inyectados
parpadeando y pestañeando comunican
la ojera y la lagaña comunican
mi boca toda comunica
la bóveda, el velo, la saliva
pulsátil, cualquier parcela de mi porosa piel,
todo órgano, todo músculo, toda membrana
el cuerpo completamente comunica.

Los Arcontes no ven.
No nos ven.
Enceguecidos por el resplandor
van tan desorientados
como nosotros
sin rumbo van
como los hombres
sujetos al tiempo de la precariedad
también desaparecerán
se perderán en el olvido cósmico.

¿Dónde los mirlos
dónde los rocíos
el leve trémulo sauce
entre trigales el camino
DÓNDE?

Videntes y no visibles
los Arcontes cejan, están cegados.
A tientas van
como los humanos
se encenagan.
¿Cuál la anchura del decir
cómo ensanchar el entender?

Teniente a Dios
no soy quito de mal
y con suciedad me untan.

Cuero y carne
mi vestidura
con la carcoma en derredor
a Su mezquindad.
Trabajosas las noches
me estremezco
se sobrecoge mi vislumbre.

2

¿Dónde los sones
dónde los dones
y los advenimientos?

De la casa del lodo eres
tierra es tu avenencia
y en el polvo
está
tu fundamento
tu tumbadero.

Los Arcontes ¿desde cuándo ?

Desmontado
como ciclista que lleva
su bicicleta con la mano
me apeo
me allano.

¿Matar a Dios
para que no nos separe de los hombres ?

Sometido estoy
a una persistente espera :

no veo el fin