Ana Merino
Ana Merino Norverto nasceu em Madrid em 1971. Em 1994 obteve o Prémio Adonais com Preparativos para un viaje, continuou a revelar os seus versos em Los días gemelos, La voz de los relojes e Juegos de niños. Os seu poemas estão incluídos em várias antologias.
Colabora regularmente com algumas revistas. Estudou história e literatura, na Universidad Autónoma de Madrid, em Groningren (Países Baixos) e ainda, nas Universidades de Ohio State y Pittsburgh. É professora de literatura e cultura hispânicas no Dartmouth College. Especializou-se em teoria e análise do burlesco.
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© Félix de la Concha
Carta de un naufrago
Con el consentimiento de la nieve
caminaré despacio.
Alguien habrá que espere junto al fuego
y yo, que estaré ciega por el frío,
haré paradas breves,
sacudiré el paraguas y empezaré de nuevo.
El único secreto es no sentirse
inmensamente lleno de verdades.
No aceptar nunca las invitaciones
que la neblina
sugiere al anidar con sus disfraces
de paisaje feliz, de grandes sueños.
Alguien habrá que diga, se ha perdido,
alguien saldrá a buscarme,
y llevará el calor de una botella
donde podré mandarte este mensaje.
Gelatina
Un charco de hielo con escamas,
un poco de miedo
y la oscuridad disfrazada de abismo.
El amor no puede flotar a ciegas,
se ahoga,
en el agua estancada del deseo.
Trauma
Casi no recuerdas
el rastro de su cuerpo
y sin embargo te pesan
sus palabras
como el eco de un alud
que se aproxima.
No existes, no eres nada,
no imagines amor
donde sólo hay sombras.
Eres la carretera secundaria
el desvío de un día sin prisas
para alguien que juega
a cambiar de destino
pero lleva una brújula
y siempre vuelve a casa.
He separado lo invisible
de la arena del aire
para no quedarme ciega.
Y cierro los ojos
y se amasan con mis párpados
el barro y la miel;
y en mi boca
fermentan los olores
con pétalos y sangre.
He separado la voz
de la saliva y los labios;
y sólo queda
remolino de polvo.
Y todo por volverme
cara de viento,
por no dejar de hacer
un surco,
un surco en el cielo.
de Vento, Sombra de Vozes / Viento Sombra de Voces- Antologia de Poesia Ibérica;
Ed. CELYA, Salamanca, 2004
Mi intimidad es pequeña
cabe in mi boca
y se desliza por entre los dientes;
si la descubro fingiendo ser saliva
me la trago,
no quiero verla ajena en las palabras
ni perderla con un beso.
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A minha intimidade é pequena
cabe na minha boca
e desliza por entre os dentes;
se a descubro a fingir que é saliva
engulo-a,
não quero vê-la alheia nas palavras
nem perdê-la com um beijo.
tradução: Joaquim Manuel Magalhães
de Poesia Espanhola- Anos 90; Relógio D’Água, 2000
A bajar al sótano mi ropa súcia
olvidé que guardaba un puñado de ideas
en el bolsillo de atrás del pantalón,
y al sacar lar opa limpia de la lavadora
las descubrí desperdigadas
en trozos de papel totalmente ilegibles.
Desde ese momento
el alma de las cosas susurra que estoy loca
porque rezo al revés a un dios que ya no existe,
y me salen estigmas en las manos
y me vienen a ver desconocidos
que se quedan conmigo por las noches.
Se ahogaron mis palabras en agua enjabonada
y no pude encontrar su rastro en mi cabeza.
Las letras que surgieron de mis dedos
que anoté en los papeles que guardé en mi bolsillo
eran mi dirección, mi nombre,
el título de un libro,
los idiomas que hablo, las cosas que no digo.
Eran fórmulas mágicas para sobrevivir lo cotidiano,
como abrir el buzón e dar los Buenos dias,
como no abrir la puerta al hombre sedutor
que nunca se refleja en los espelhos.
Todo lo que anotaba eran pequeñas pistas que seguia
para recomponer las piezas de mí cuerpo,
para no equivocarme y saber quién soy
sin tener que pensármelo dos veces.
Juegos de niños, Visor Libros, 2003
Con el consentimiento de la nieve
caminaré despacio.
Alguien habrá que espere junto al fuego
y yo, que estaré ciega por el frío,
haré paradas breves,
sacudiré el paraguas y empezaré de nuevo.
El único secreto es no sentirse
inmensamente lleno de verdades.
No aceptar nunca las invitaciones
que la neblina
sugiere al anidar con sus disfraces
de paisaje feliz, de grandes sueños.
Alguien habrá que diga, se ha perdido,
alguien saldrá a buscarme,
y llevará el calor de una botella
donde podré mandarte este mensaje.
***
Com o consentimento da neve
caminharei devagar.
Alguém haverá à espera junto do fogo
e eu, que estarei cega pelo frio,
farei paragens breves,
sacudirei o guarda-chuva e começarei de novo.
O único segredo é não sentir-se
imensamente cheio de verdades.
Não aceitar nunca os convites
que o nevoeiro
sugere ao fazer ninho com os seus disfarces
de paisagem feliz, de grandes sonhos.
Alguém haverá que diga, perdeu-se,
alguém sairá a procurar-me,
e levará o calor de uma garrafa
onde poderei mandar-te esta mensagem.
tradução: joaquim manuel magalhães
poesia espanhola, anos 90, relógio d´água, 2000