Beatriz Schaefer Peña
Beatriz Schaefer Peña nasceu em 1936 em Buenos Aires, Argentina. Publicou 5 livros de poesía: Mi jardín tiene estrellas; De ángeles y designios (1982), Revelaciones y Artificios (1992); El fuego y los vestigios (1998, menção de honra da Sociedad Argentina de Escritores, 1998) e "En la Alta Noche" (2003).
Escreveu 1 livro de contos: El cielo prometido y otros cuentos (1988). Organizou várias antologias de poesia. Foi secretária geral da Sociedade Argentina de Poesia (1995/98); fez parte da Comissão de Cultura da Fundação "El Libro" (1995) e da Fundación Argentina para a Poesia (2003). Tem participado em vários Encontros de Poesía dentro e fora da Argentina. É codirectora do Grupo Literário "Némesis" e correspondente nas revistas "Prometeo Digital" e "La Pájara Pinta", dirigidas por Juan Ruiz de Torres (Madrid).
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Ese temido atardecer
No sólo son las sombras
o el color de la sombra.
Hay un río de aromas
que me conduce al sitio de la sangre,
a esa vena propicia
-el manantial oculto que me urge-.
Hay un jardín escondido
en los crepúsculos.
Allí crece la rosa,
la suave mordedura.
Não são apenas as sombras
ou a cor das sombras.
Há um rio de aromas
que me conduz ao lugar do sangue,
a essa veia propícia
- a fonte oculta que em mim brota -.
Há um jardim escondido
nos crepúsculos.
Aí cresce a rosa,
a suave mordedura.
En la Alta Noche, 2003
poema encontrado aqui
Ese temido atardecer
No sólo son las sombras
o el color de la sombra.
Hay un río de aromas
que me conduce al sitio de la sangre,
a esa vena propicia
-el manantial oculto que me urge-.
Hay un jardín escondido
en los crepúsculos.
Allí crece la rosa,
la suave mordedura.
En la Alta Noche, 2003
poema encontrado aqui
Aquele temido entarder
Não são apenas as sombras
ou a cor da sombras
Há um rio de aromas
que me conduz ao lugar do sangue,
a essa veia propícia
- a fonte oculta que me impele.
Há um jardim escondido
nos crepúsculos.
Ali cresce a rosa,
a suave mordedura.
versão minha
(Rotemburg-2001)
Un solo discípulo sentado a la mesa,
un solo comensal
esperando al anfitrión que le ha ofrecido
su plato predilecto.
No sabe que él mismo
es el banquete que le aguarda.
Cada parte de su cuerpo está dispuesta
para el regocijo de los paladares.
Y se hunde en el zumo agridulce de las jarras,
celebrando el momento,
mientras la noche llega con su dormidera
desde el fondo del día.
Él, ignorando que ya se ha devorado,
sueña que es un río que avanza con la sangre
arrasando al despojo.
de Colección Cuadernos-Grupo Némesis
Ya no se ven los peces
lidiando con el agua.
¿Dónde quedó la transparencia
y sus espadas?
¿En qué contienda oscura
perdieron las escamas,
el recamado símbolo?
Já não se vêem os peixes
a lutar com a água.
Onde ficou a transparência
com suas espadas?
Em que luta obscura
perderam as escamas,
o adornado símbolo?
EL arquero
Lentamente estiraba el arco
buscando la curvatura exacta
para ajustar la flecha a su destino.
Yo era el blanco.
Yo fui el
blanco
antes de que el zumbido
cruzara aquel
espacio.
De las secretas voces
De lejos llega ese rumor tranquilo
como tranquilas aguas
que van trayendo, uno por uno,
diferentes momentos.
Estás de pie mirando aquella noche
que avanza sobre el día,
mientras la luz se apaga en las señales
que nunca has comprendido.
Así la tarde, inesperadamente,
se adueña de tus pasos.
Ya no acontece el sol.
Y sin embargo
su voz aún te llama
en la penumbra.
Misión del lobo
estoy triste en la noche
de colmillos de lobo
A.Pizarnik
Irrumpe
en la inclemencia
de la noche,
y cierra el horizonte,
aún herido de luz,
cercándome con ulular
y estrellas.
Percibo su colmillo,
tendido enacechanzas
que me inducen
a la última aventura
ese recóndito deseo.
Entonces,
pulso la sangre
de su avidez
y me someto
para ser, desde él,
este implacable aullido.
O arqueiro
Lentamente esticava o arco
procurando a curvatura exata
para ajustar a seta ao objectivo.
O alvo era eu
Eu estava
na mira
mesmo antes do zumbido
cruzar aquele
espaço.
Das vozes secretas
Chega de longe esse leve rumor
como àguas tranquilas
que vão trazendo, um a um
momentos diferentes.
Estás de pé e olhas para a noite
que avança sobre o dia,
enquanto a luz se apaga nos sinais
que nunca compreendeste.
Assim a tarde, inesperadamente,
apodera-se dos teus passos.
O sol não já não se vê.
E no entanto
a sua voz ainda te chama
na penumbra.
Missão do lobo
estoy triste en la noche
de colmillos de lobo
A.Pizarnik
Irrompe
na inclemência
da noite,
e cerra o horizonte,
ainda ferido de luz,
cerca-me com uivos
e estrelas.
Pressinto os caninos,
prontos à espera
para me levarem
à última aventura
esse recondito desejo.
Então
toco o sangue
da sua avidez
e submeto-me
para ser através dele
esse uivo implacavel.
versões minhas
A Santiago de Cuba
Del claroscuro de la memoria
se levantan tus ojos.
“Debes aprender el color de las flores”
–decías en las siestas-
“Nunca más esa luz volverá a su mirada”.
Testigos de la tarde, perdíamos su paso
en las hondonadas de esa Isla
roja en soles de batalla;
adormilado lagarto tendido
sobre la seda del follaje
donde un balcón de piedra
se alarga hasta la arena, reclamando el retorno.
No son fáciles los días sin ese mar agitado
y siempre verde volcado a tus espaldas;
sin esa fiesta del fuego
cuando las trompetas arden al silencio.
Hoy, desde este paisaje
donde el Sur se me impone, me hacía falta
la música atenuada de tu voz,
casi hincada en mi oído,
los espejos del cobre de la corona de la Virgen;
la pared amarilla del cuartel que se levanta
delante de la Sierra. Me hace falta
el caracol sinuoso de los ritmos,
la apagada vestidura del adiós
y esa callecita empedrada que me conducía
hacia el último resguardo
de tu corazón.
La mentira
Pájaro de alas falsas: te celebro.
Tu irrealidad redime mi cadalso
y lo convierte en sueño de aventuras.
La verdad, a tu lado, desvanece su estrella
mientras mantienes, fiel, el equilibrio
del ayer que no fue y el hoy fingido.
Compañera en la ausencia. Dúctil, perfecta.
Laboriosa de formas y armonías
que revierten la historia del espejo.
No importa que los otros te descubran
soslayada, detrás de la mirada,
o en la sonrisa simple que dibujas.
Yo te celebro: dulce mercancía
por la que obtengo un cielo que no es mío.
Thánatos
Como si fuera una quimera
se hace visión
en su ángel detenido.
Tiene el color tardío
con que, a veces,
recordamos los sueños.
Tú eres la presa,
la cita de ese instante.
No más el resplandor
opacado por la nube
ni el ronronear
de las incertidumbres.
Ajeno de la luz
sólo querrás entrever
el precipicio
donde te espera el sello
de su abrazo
y el figurado rostro
que elegiste
para ponerle una máscara
a ese miedo.
Inútil ya
tu antiguo interrogante.
Solamente su esfinge
y su armadura.
El guardián
(Génesis-Cap.IV)
Y el corazón
pesado de odio
cayó en el otro corazón.
Era una piedra roja que golpeaba
y golpeaba
el pecho del hermano.
Derramado
silencio corría por la herida
como un río que fluye
en aguas de otros ríos.
La luz se hizo martirio
y no hubo más ofrendas.
Todo fue sombra desde el remordimiento.
Las palomas
Ellas siempre son dos
en el espacio.
Las miro sin rencor.
Las observo en el dar y recibir
de esos picos que simulan los labios,
las manos,
cada breve o prolongado acontecer
del amor.
Como esas alas,
desplegadas en el vuelo
de la seducción,
se eleva este deseo
a la espera, también,
del momento propicio